Ene
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A raíz de la mala experiencia que he tenido que vivir este fin de semana pasado me he percatado, de nuevo, de lo «raras» que a veces somos las personas.
Resulta que el pasado martes, debido a un triste evento, tuve la ocasión de reencontrarme, y en algunos casos conocer, a muchos familiares a los que no veo si no es porque se asista a un evento de este tipo (familiares que en algunos casos son especialmente agradables).
Y ¿cuál es la pequeña reflexión que he querido hacer? Pues que las personas somos, en general, algo perezosas, acostumbradas a una forma de vivir y, en más ocasiones de las que creo que se debiera, no muy dadas a expresar nuestro sentir. Llevados por determinadas modas, las ganas de acumular más posesiones que aquel que tienes al lado, el afán por conseguir una determinada posición social, guardar una determinada apariencia, etc.. se nos olvida lo que realmente es importante. Y ¿qué es? Pues en mi opinión lo que importa son las personas y las relaciones entre ellas. Creo que aquellos que te rodean no te recordarán por el súper coche que compraste, el pisazo que tuviste o la cantidad de trajes de marca de tu armario sino por cómo eras y por la relación que te unía a esa persona.
No estoy hablando de ir por la calle diciendo «te quiero» a todo el mundo, ni dando besos y abrazos (a no ser que quieras que te tomen por loco). A lo que me refiero es que normalmente factores como la rutina, el estrés, la falta de tiempo o simplemente la dejadez, hace que no hagamos notar a esas personas lo que realmente significan para nosotros.
Como reza el dicho popular «el mañana no está asegurado para nadie» y es por eso que te animo a que le hagas ver a las personas que quieres o aprecias especialmente (ya sea un familiar, un/a amig@ o tu pareja), el hecho de que son especiales para ti. Quizás mañana no tengas la ocasión de hacerlo.
Siento que me haya salido un post tan ñoño pero es que estoy algo más susceptible de lo normal, emocionalmente hablando, y me apetecía compartir con vosotros esta pequeña reflexión.
enero 23rd, 2009 at 08:26
Muy buena reflexión y muy cierta…es algo que he hablado/pensado muchas veces, y es que uno no se da cuenta de lo que realmente importa hasta que lo pierde o lo hecha en falta. Yo ya estoy cansado del tipico «ya te llamaré», «ya quedaremos», «nos tenemos que ver un dia», etc.. y ver que realmente cada uno va a lo suyo y solo se preocupa de sus cosas (eso lo hacemos todos).
Como dicen, el tiempo pone a cada uno en su sitio y uno no muere hasta que no es olvidado, y como bien dices, eso no lo consigue ni el coche/piso/trabajo/etc que hayas tenido, sino lo que hayas supuesto para la gente que te ha querido.
Bueno company no arreglaremos nada, pero mientras sabes que Zipi está ahà con Zape xDDD
Ãnimo! 😉
febrero 3rd, 2009 at 17:21
Muy bonito Manu. Un beso!