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España está a la cola en crecimiento en el acceso veloz a Internet y a la cabeza en precio: es el segundo país de Europa Occidental donde más lentamente avanza el ADSL y el tercero donde más cuesta (34,60 euros, un 32% más que la media europea). De hecho, en los 17 países estudiados por la consultora Forrester, el precio ha caído un 17% mientras que la banda ancha ha crecido un 4,4%.
Los usuarios españoles de ADSL, además, pagan un 435% más que los que usan la banda estrecha, y también son los que más se quejan del servicio que reciben. Hace unos días la consultora Forrester publicó un estudio sobre el estado de la banda ancha en la Europa occidental (UE15, Noruega y Suiza). Los resultados son preocupantes, ya que aunque en el último año en España el número de conexiones de banda ancha ha crecido a la par que ha disminuido sus precios, todavía estamos lejos de nuestros vecinos europeos.
Puedes leer el artículo completo en elPaís.es Ante este panorama, la criminalización de Internet y el intento de imposición de cánones en las líneas de banda ancha no parecen ser la mejor estrategia para salir de esta situación.